ABRAZO AL BERNASCONI VIERNES 28 DE MAYO 8:30

OTRO AVANCE DE MACRI EN SU POLÍTICA PRIVATIZADORA DEL ESPACIO PÚBLICO

La U.T.E. declara el estado de alerta y movilización ante el despojo que sufriera el Instituto Bernasconi tras la firma de la resolución 803 ME por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el 30 de marzo pasado. El citado documento establece que el Museo del Instituto “Félix Bernasconi”, fundado por Rosario Vera Peñaloza, deje de ser jurisdicción de la escuela y pase a depender funcionalmente de la Subsecretaría de Gestión Económico Financiera y Administración de Recursos.

Misma suerte corre El Museo de Bellas Artes de la Boca “Benito Quinquela Martín”, el Museo de las Escuelas, el programa “Huellas de las Escuelas” legado de la Historia Educativa de la Ciudad de Buenos Aires y la Biblioteca del Docente Municipal.

Queremos expresar nuestra preocupación frente a esta medida tomada por un gobierno que no dudó en alquilar el teatro San Martín para la realización de fiestas privadas demostrando su clara vocación privatizadora del espacio público.

Asimismo, continuando con nuestra lucha en defensa de la escuela pública y del rol indelegable del estado como responsable de la educación de nuestro pueblo, participaremos de todas las medidas que tome la Comunidad Educativa del Instituto, comenzando por la convocatoria al “Abrazo al Bernasconi”, el día 28 de mayo a las 8:30 hs

El bicentenario es puro cuento

En la última feria del libro a pesar de que los costos eran mucho más elevados que el año pasado, uno de los cuentos que seleccioné para comprar fue "Un cuento de amor en mayo", de Silvia Schujer... Mi experiencia en 3º fue muy buena por que gracias al relato , pudimos trabajar las diferencias sociales de la época y compararlas con la actualidad, entre otras cosas.
Comparto aquí una nota acerca de esto.

las12

Viernes, 21 de mayo de 2010

INFANTIL

EL BICENTENARIO ES PURO CUENTO

Alfaguara Infantil lanzó una edición especial dedicada a los doscientos años de la Argentina, pensada especialmente para contar otra historia, a través de relatos de ficción, para chicos y chicas. Pero además de desarmar los manuales y contar la identidad nacional a través de aventuras y obras de teatro, otra gran hazaña de las tres escritoras convocadas –Silvia Schujer, María Inés Falconi y Adela Basch– es poner de relieve la discriminación que sufrían las niñas, adolescentes y mujeres cuando “el pueblo quería saber” y las mujeres eran parte de ese pueblo.


Por Luciana Peker

–¡Clara Inés, por favor!

–Noescuchonoescuchonoes...

–¡No hagas esto, hija!

–cuchonoescuchonoescuchonoes...

–¡Que abras la puerta, te digo!

–...cuchonoescuchonoescuchonoescu...

–¡Vamos, niña Clarita, abra ya! –intentó Tobiana.

–...

–Ya mismo Clara Inés –amenazó doña Carmen–, porque si no...

–Si no ¿qué? –empezó Clara, encerrada en el cuarto–. ¿Mandarán al Regimiento de Patricios para voltearme la puerta? ¿Al de Pardos y Morenos? Ah, qué miedo. ¿Me encerrarán en un convento como a la pobre tía? ¿Me dejarán sin comer? Si es por mí, que se lleven la comida para los perros y las mulas, para los esqueletos, los moribundos y todos los demonios del universo.

Clara estaba furiosa. Se había pinchado por trigésima vez en una hora y, harta de chuparse la sangre que le brotaba del dedo, había optado por estrellar el bordado contra el piso y salir corriendo a su habitación.

¿Por qué tenía que pasarse las tardes bordando? Odiaba la costura.

***

Clara es el personaje que entre furias y dedos pinchados por el bordado –y un galán moreno que está por abrir su puerta al amor y la rebeldía– pone en palabras no sólo el protagonismo invisibilizado de las mujeres en el Bicentenario sino también la opresión que sufrieron en estos doscientos años mujeres, adolescentes y niñas en el ex Virreinato del Río de la Plata. Pero, como no se trata de hacer sólo manuales al revés, que cuenten otra historia, esta vez de la Z a la A, cansadas de escuchar sobre próceres de la A la Z, la historia –sin mentiras, pero con el vuelo que permite la literatura– está contada a través de la ficción, la investigación y el entretenimiento.

La editorial Alfaguara Infantil preparó –con un proyecto planeado desde hace varios años– una colección para chicos y chicas dedicada al Bicentenario que, entre otras virtudes, muestra la vida (y la no vida) de las niñas de antaño, donde no sólo había pastelitos que quemaban los dientes sino prohibiciones como las que sufría Clara, la protagonista del libro Un cuento de amor en mayo, de Silvia Schujer (que tiene 70 libros, 17 obras más que los años que figuran en su documento) y que, obviamente, se pasó escribiendo, leyendo, enseñando y también llevando –ahora– a su nieta a plástica además de inventar a Clara, una niña rebelada al corset del bordado impuesto en la época de la Colonia a las niñas.

También Adela Basch tiene más libros, de poesía, teatro o cuentos (75) que años (63) y escribió tres títulos para esta colección: ¡Contemos uno, dos, tres y vayamos a 1810!, En estas hojas detallo cómo llegó el 25 de Mayo y Las empanadas criollas son una joya (con formato de obras de teatro que seguramente muchos/as docentes sintetizarán para sus actos escolares) y María Inés Falconi, que tiene 56 años y 50 libros que van de la narrativa al teatro, esta vez rindió homenaje a los doscientos años patrios con El secreto del tanque de agua.

“La mujer no aparece prácticamente en la historia argentina”, dice Silvia Schujer, entre las enredaderas verdes y vidrios de colores de su casa en la que se entrona en el lugar de anfitriona de las otras escritoras para la entrevista con LasI12. “Y a Mariquita Sánchez de Thompson apenas la recordamos porque tenía un piano”, se suma. Y Adela Basch directamente cuestiona el relato que recibió de la historia patria en su infancia. “¿Por qué yo no me enteré de que hubo una mujer como Juana Azurduy?”

¿Qué tiene de especial para ustedes hacer relatos, cuentos u obras de teatro a partir del Bicentenario?

María Inés Falconi: –Yo hice tres obras de teatro que vienen continuando dos obras de teatro sobre la vida de Belgrano y la vida de San Martín. Y para mí abarcan la lucha por la libertad, entendiendo la libertad en el sentido más amplio posible.

¿Qué significa 1810 en sus trabajos?

M. I. F.: –Para mí es la escuela y el acto escolar. Pero lo bueno de escribir es poder contar esas cosas que en la escuela no te dicen. Me hubiera gustado que me contaran la historia más humana, por ejemplo, que French era un subversivo incendiario, que iba a caballo incendiando las casas para que los tipos proclives al virrey se asustaran y no fueran a la plaza. Eso no te lo dicen nunca. Te enseñaban que French era el que repartía escarapelas.

S. S.: –French repartía trabucos.

A. B.: –Que eran armas de fuego, una especie de revólveres antiguos.

S. S.: –Era de la pesada...

¿Y la escuela contó un cuentito de héroes santos que no se rebelaban al poder?

M. I. F.: –Seguro. Eso es algo que tiene una explicación histórica de armar la idea de un ser nacional frente a la inmigración, pero después la historia de Billiken quedo fija en el tiempo. Sin embargo, en la historia nunca te contaban cómo en el diario contabilizaban cuántas esclavas ingresaban al país y no era sólo la negrita cebando mate que nos mostraba la historia. Investigando me enteré hasta de estupideces como que Belgrano y Castelli eran primos y se peleaban por mujeres.

A. B.: –Parece que Belgrano era muy mujeriego...

S. S.: –Lo más maravilloso que tuvo escribir sobre historia fue la investigación. Yo lo iba a incluir a Belgrano en mi libro hasta que me enteré de que tuvo una hija que no reconoció y cómo arrasaban él y su ejército cuando llegaban a los lugares del interior y decidí que no fuera un personaje de mi libro. Pero porque la visión que tenía de la historia, que tenía por los conocimientos escolares y por lecturas literarias, no me indicaban eso de Belgrano. Aunque haya mucho rescatable, porque son personas con ambivalencias, contradicciones y que hay que ubicarlas en la época.

A. B.: –Belgrano, apenas terminó la revolución de 1810, fue enviado por la Primera Junta, que duró muy poco tiempo en el poder y que después fue reemplazada por otra junta mucho más conservadora, a una expedición al Paraguay para difundir los ideales de la revolución. Belgrano no era militar de carrera, sino que aprendió a manejar las armas durante las invasiones inglesas para poder defenderse de los ingleses y lo mandaron a Paraguay y después al Alto Perú con un ejercito que a mí me hace acordar al de la guerra de las Malvinas. Fue caminando porque no tenía ni siquiera caballos desde Buenos Aires hasta Paraguay. Y ojo: ¡no se había inventado el repelente para insectos! (risas). Con un ejército de hombres enfermos, hambrientos, sin ropa, entonces tal vez arrasaban porque tenían necesidad de comer. Hay que ponerse un poco en esa situación. Además, Belgrano venía de una familia muy pudiente y reventó la plata que tenía para apoyar la revolución. El renunció a su sueldo y le pagó al médico que lo atendió cuando se murió con su reloj, que era lo último que tenía. Es imposible tener una visión objetiva de la historia.

Lo interesante es poder elegir qué nos gusta y qué no de esos héroes hasta ahora inmaculados...

S. S.: –Es mejor no mirar la historia desde el punto de vista de los héroes sino desde el de los intereses.

¿Y a ustedes les interesa tener una influencia en la mirada de la historia de chicos y chicas?

A. B.: –A mí me interesa. Me interesa mostrar que hay muchas maneras de leer la historia y de pensarla. Y me interesa resquebrajar la visión acartonada y solemne de la historia que imperaba cuando yo era chica.

Pero que no terminó de cambiar demasiado...

A. B.: –No terminó de cambiar. Y a mí me interesa tener una mirada irrespetuosa y contagiarles a los chicos esa mirada irrespetuosa de la historia. Por ejemplo, yo escribí sobre cómo los negros, los esclavos, los aborígenes, las mujeres (lo que ahora podríamos llamar minorías) no eran considerados seres humanos. Y eso suena irrespetuoso cuando una lo dice tal cual es. A los esclavos/as se los trataba mejor que en otros lugares de Latinoamérica, pero eso no quiere decir que no tenían castigos terribles o que las mujeres por ser negras no fueran violadas desde chicas.

Es irrespetuoso porque la historia nos contó que los argentinos bajamos de los barcos y que fuimos respetuosos con los inmigrantes.

A. B.: –Exacto, pero no fue así.

María Inés, ¿cómo jugaste con la fantasía infantil de poder caer en otro tiempo con un elemento tan autóctono como es el aljibe?

M. I. F.: –Es mucho menos romántico de lo que suena (risas). Yo había pensado que los chicos se metieran en el tanque del techo del agua porque a mí de chica me encantaba estar en el techo de una casa y resolví que aparecían en el aljibe.

Toda una osadía para una niña subirse al techo en vez de jugar a las muñecas...

M. I. F.: –Sí, sí. Me encantaban los techos y las copas de los árboles de Colegiales.

Nuestra historiografía está basada, sobre todo, en la mirada masculina sobre personajes masculinos. ¿Creen que cambia, en el caso de ustedes, que tres mujeres les cuenten a los chicos y chicas la historia desde un punto de vista narrativo y femenino?

A. B.: –Creo que sí. Porque inevitablemente tengo una visión del mundo que es diferente. Yo tengo mucho más en común con un ser humano que es mujer, comparto maneras de ver, de haber sido excluida, de haber intentando incluirme que si uno no fue mujer no las pasó. Veo las cosas de otra forma.

S. S: –Es insoslayable que soy mujer y que tengo una mirada particular que incide en mi escritura. Pero no lo siento, aun cuando mi personaje se rebela, que tenga que ver con esta novela, sino con mi lugar en el mundo.

M. I. F.: –Yo creo que ser mujer te da una visión particular, pero también te la da ser argentina o la familia que tuviste. Yo cuento desde donde soy, pero no sólo por ser mujer, a veces me pregunto si por ser de clase media mis libros podrán entrar en chicos de clase baja.

S. S.: –La historia que está en los colegios no sólo es masculina, es centralista con respecto a Buenos Aires. Está contada por una clase social dominante y desde la parcialidad, pero la más brutal de esas parcialidades es la que tiene que ver con los intereses económicos. Eso es lo más determinante respecto de qué historia nos están contando.

A. B.: –Yo coincido en que lo que parte las aguas son los intereses económicos, pero justamente, por eso se deja afuera a las mujeres y a los aborígenes.

Colección Bicentenario

las12

Viernes, 21 de mayo de 2010

COLECCION BICENTENARIO

Los objetos acompañan, señalan, se vuelven imprescindibles, de deseo, de consumo, y también delatores. Los hay para la dama y para el caballero, para la socialización de las niñas y de los niños, para el ama de casa, para salir, emanciparse, liberarse, sentirse mujer, llegar a serlo. A la hora de revisar estos 200 años de historia argentina, como obligan los fastos del Bicentenario, se presenta aquí esta serie de objetos nada azarosa. Iconos de la feminidad desde la Colonia al presente, sometidos ahora a un ejercicio de disección, de nostalgia y de crítica.


Por María Moreno

EL PEINETON

¿Hasta cuándo promocionarán la serie de litografías de Hipólito Bacle en donde las damas se trenzan por los peinetones como ciervos machos con los cuernos? Alguna versión académica, lejos de considerar al peinetón como objeto de las proto-fashion-victim, ve en sus medidas, que llegaron a ser imposibles, el signo del deseo de las porteñas por expandirse en la vida pública. El original de carey a la inglesa o a la francesa, de tamaño discreto o cobarde, en versión nac and pop, de asta de vaca, formó parte del body art primero. Su gratuidad –no corregía ningún defecto, no hacía coquetear como el lunar postizo ni rejuvenecer como el polvo de arroz–, al igual que la de los posteriores zapatos con plataformas, tan parecidos a una plancha a carbón, formaba parte de la autodisciplina femenina que, contrariamente a lo que se piensa, no se le impone desde afuera sino que hace de cada mujer una dictadora de sus proveedores como aquel lejano y español fabricante que –como el azar tiene esos chistes– se llamaba Manuel Mateo Masculino.

EL ABANICO

Como principal, el de Mariquita Sánchez de Thompson, no laquecantóelhimno sino la que se casó sin permiso, a los catorce años, obligando al virrey Sobremonte a dar su autorización (¿el único acto de coraje de éste?), la salonera conspirativa en casa y en exilio, la escritora graciosa y brillante que a Sarmiento le dio ganas de violar de puro deseo, la performer atrevida que fue a una fiesta con su hijo Juan, los dos disfrazados de Adán y Eva.

En el lenguaje del abanico, Mariquita no decía “¿Cuándo podré verte?” (cuando lo tocaba cerrando el ojo derecho) sino “Reyes es un agente de Oribe y de Rosas”, o “prometo casarme contigo” (cuando lo cerraba lentamente) sino “Lavalle trabaja con actividad” o “espérame” (cuando lo abría totalmente) sino “Se han embarcado varios hombres de la revolución para ir al Cerro”.

Uno de sus descendientes, el otorrinolaringólogo Valentín Thompson. tiene una serie completa de abanicos de Mariquita en su consultorio de la calle Boulogne Sur Mer. Se puede visitar si se está dispuesta a sacarse las amígdalas.

EL MIRIÑAQUE

Manuelita Rosas, ¿qué uso le habrán dado a ese separador con forma de carpa? El retrato de la llamada Niña del Perdón hecho por Prilidiano la muestra amatambrada en el corset y cubierta por metros de terciopelo granate. Mentes imaginativas interpretan en el adivinado miriñaque la distancia estatal impuesta para la Electra criolla, y hasta que, debajo del rojo armazón, se oculta en cuclillas, entre los alambres forrados de bayeta y la profusión de enaguas, la niña Dolores Fuentes, la prima favorita, aquella por quien Manuelita aullara en carta oculta en el Museo de Luján y abierta por Juan José Sebreli: “¡¡¡Qué inhumanos son mis tíos que me han arrancado a una amiga que es como si fuera mi esposa!!!”. Ultima carta de una serie donde escribió “hiba” con h y “benir” con b larga. Porque Manuelita tenía problemas con todos los verbos que indicaban movimientos de separación y llegó a escribir “con migo” separado, como si el tener a la amiga a distancia de carta la separara de sí misma.

LA MAMADERA

Como María, primera mediadora. Objeto que ilustra sobre el hecho de que el amor puede mostrarse a upa pero no necesariamente cuerpo a cuerpo.

LA MAQUINA DE COSER

Todo empezó, como siempre, con un buscavidas, siguió con otro que era más vivo y con otro más vivo que los dos. En 1846, un veinteañero llamado Elías How, de Massachusetts, inventó la máquina de coser y se fue a Londres a patentarla, pero con tan poco resto que, para volver a casa, tuvo que vender el prototipo. Isaac Merrit Singer (padre de un amante de Isadora Duncan) no había inventado nada pero mejoró la versión de How y fundó la primera multinacional. Su socio, Edwin Clark, sí que inventó algo: el pago en cuotas y la compra de una máquina nueva con el anticipo de la usada.

A principios del siglo XX, con la incorporación de las mujeres al trabajo industrial, cierto sector del higienismo intentó criminalizar la máquina de coser como prótesis inopinada del goce femenino.

En 1886, el español Robustiano Torres escribió un artículo titulado “De la influencia de las máquinas de coser sobre la salud y la moral de las obreras” en el que convertía el trabajo a destajo en las fábricas textiles en una masturbación colectiva. Para sostener su posición citaba al Dr Guibourt, que habría recibido en su consulta a obreras literalmente consumidas no por el capital sino por Eros, ya que –declaraba una– “el movimiento continuo de los miembros inferiores, el estremecimiento, el balanceo de todo el cuerpo las consume y les causa, como a mí, dolores en el dorso y estómago, y sobre todo flujos blancos” y “De unas quinientas mujeres que trabajaban en su taller, hay lo menos doscientas, que yo sepa, que experimentan los mismos efectos que yo. Por esto el personal de este taller se renueva sin cesar, no es posible la permanencia de unas mismas obreras por mucho tiempo; es un ir y venir continuo de mujeres, que entran muy sanas y robustas, y de mujeres que salen flacas y debilitadas” –decía otra.

Cuando Eva Perón distribuye miles de máquinas de coser desde la Fundación, se impone la expresión “coser para afuera”, que señala tanto que el “adentro” es el eje de la mujer como una dimensión pública que se empieza a lograr puntada por puntada.

LA MUÑECA

De cotillón para salamanca a juguete porno, de maniquí de señora del castillo a fetiche de vitrina, primero toda importada luego sólo la cabeza, hasta llegar a la versión criolla de empresas como Jugal o Famil, la muñeca atraviesa las generaciones de argentinas. A la que niega la edad se la puede escrachar, sacándosela de acuerdo a si jugó con una Pielángeli, una Mariquita Pérez o una Yoly Bell. Muchas de las dueñas de Marilú deben estar en la tumba, mientras que el triunfo de Barbie, al persistir en las sucesivas generaciones, vuelve inútil la pregunta por la muñeca con que se jugaba y la edad a su secreto.

En siglos adversos, las amas de casa que sublimaban su vocación artística haciendo muñecas para sus hijos pudieron convertir el hábito en pequeña industria doméstica. Por ejemplo la alemana Kathe Kruse hizo una fortuna con unos ejemplares de muselina almidonada, rellena y pintada. El material rústico delataba el ama de casa ahorrativa. Pero no tanto como en las que fabricaba otra alemana, Margarette Steiff: muñecos de paño para todo bolsillo que parecían tener una cicatriz en medio de la cara (la costura) y ojos de botones. Lejos de la monserga freudiana en donde la muñeca es un artefacto que permite hacer un autodidáctico de madrecita –las niñas les harían a sus muñecas lo que sus madres les hacen a ellas–, las muñecas fueron, quizás, de los primeros productos femeninos antes de la incorporación al mercado de trabajo, convirtiendo a sus fabricantes en protocapitalistas.

Algo de esa genialidad de mujeres encerradas debe haber recogido la psicoanalista Françoise Dolto al inventar la “muñeca flor” que ella utilizaba en su consultorio para recomponer la imagen corporal en niños psicóticos.

En una página de ensayo titulada “Colonialismo y Juguetería” debería figurar la muñeca Linda Miranda, industria nacional de los años ‘50, que estaba vestida como una campesina húngara, incluso con un casquito del que colgaban abundantes cintas de colores como si fuera una gitana. La versión argentina de la muñeca negra fomentaba cierto racismo al no exhibir nunca otro vestido que el de mazamorrera.

No es difícil sospechar el papel preciso que las muñecas han desempeñado en la infancia de las mujeres, menos de hijas que de amantes de uno u otro sexo. Por algo Barbie tiene un prontuario pornográfico: según un tal Mac Lord, ha sido inspirada por Líli, un pelele porno de los años hitlerianos, lo cual explica su aspecto teutón de grandes senos y amplias caderas.

Si intentábamos politizar la historia de las muñecas no sería justo incluir la espantosa coincidencia de que una muñeca argentina que habla, creada en los años ‘60, lleve la inquietante marca “ESMA”.

LA URNA

Alguien escribió sentidamente “Eva la abrió a las mujeres” por Perón y para Perón. “Era su manera de enunciarlo y de conseguirlo. Que no fuera por ellas es algo que murió con su conciencia, que fuera para ellas es lo que ellas deberían ganar en el futuro.”

En una foto inquietante es el colimba David Viñas quien le acerca la urna a Evita, en su lecho de muerte, tan inquietante como aquella otra aparecida en un número de Caras y Caretas de 1903, del cráneo de Juan Moreira, que había sido conservado por Dominga Dutey, viuda de Tomás Perón, abuelo de Juan Domingo.

LA MINIFALDA

La primera vez que Mary Quant cortó tela de más, inventó la mujer moderna. Si en la moda todo desaparece para volver, la minifalda nunca se fue. No es poco valor simbólico que desnude la parte femenina que se pliega para avanzar. Esas rodillas al aire libre son un principio civilizatorio para varones durante años convencidos de la unidad mostrar = ofrecer.

A menudo combinada con las botas altas, de caña, la minifalda las desmilitariza. Qué tiene que ver una amazona con un general.

LA PILDORA

El descubrimiento, que venía en una suerte de rueda de cartón evocadora de la ruleta y de los signos del zodíaco, permitía separar totalmente el momento de su ingesta del amor. El hecho hacía que las deseosas, en el fondo románticas puritanas disfrazadas de kamikazes de alcoba, no asociaran una cosa con la otra. Las Locas Margaritas de entonces (Locas Margaritas en el sentido de la película de Vera Chytilova y de la Gautier) recibían con sahumerios afrodisíacos, batas de seda china, lencería prostibularia, velones aromáticos, champagne o vino madera pero ¡ay si el partenaire foráneo al catálogo libertario amagaba con sacar del bolsillo una cajita con el adminículo que el kitsch nacional había bautizado como velo rosado!, desenmascarando así precozmente los fines de ese teatro preliminar en el que la convención era no hacer la menor mención de adónde se iría a parar fingiendo que se daba o no se daba.

Reivindicado el forro, exigido a los reacios con la persuasión de una coreografía de labios imaginativos, los protocolos lingüísticos de la corrección política deberían invertir su significado de injuria en el de elogio picaresco como “pata” o “gauchito”.

EL DIVAN

Mueble que se atraviesa para llegar al sillón (versión Jorge Balán) para ejercer la tan frecuente carrera femenina de psicóloga y lugar de autobiografía oral no siempre en nombre del sufrimiento.

EL TAMPON

De siglos de empollar sobre algodón en rama, de armazones asépticos que remedaban el insinuante portaligas, por no hablar de las hojas de papiro de las egipcias y de las tablitas de madera envueltas en lino de las griegas, nos sacó Gertrudis Tenderich con su máquina de coser y unos compactos de algodón que fabricó en serie y haciendo que la comodidad empezara por casa. Cada vez más design, absorbente y diminuto, no es sólo práctico: relativiza el desvirgue llegando primero a las profundidades de las que, con él o sin él, suele llegar por sus propios medios.

LA PELUCA

Más allá de las de Pozzi –ese casquete de canecalón de simulados claritos, esa rígida como si todavía tuviera los ruleros puestos–, que tantos años, para ocasionales cambios ornamentales, hizo rubia a la morocha, o lacia a la de rulos, en los ‘60-’70 la peluca formaba parte de la cosmética de la clandestinidad: hacía de la miliciana una bomba capaz de distraer la atención durante un operativo, o simplemente la aburguesaba con su habitual batido de peluquería. Juzgada como meramente instrumental, portaba un exceso en donde la ficción liberaba la risa e introducía el juego en el protocolo ascético de la militancia. En la película Los rubios de Albertina Carri, el uso de las pelucas, como uno de los objetos para contar la historia de sus padres desaparecidos, de un gran rigor documental sólo que en clave muy alejada del inventario realista, desató una vehemente polémica en el campo intelectual.

En Historia del pelo, Alan Pauls convierte a la que podría llamarse la peluquérrima en objeto de oscuras transacciones: “le cuesta imaginar la clase de reacciones que podría despertar la noticia de que ha salido a la venta, pero no la perplejidad y las preguntas, quién, cómo, por qué, a cuánto pretenden venderla, y sobre todo a quién y dónde, ya que si a priori no hay en el país nada ni de lejos parecido a un mercado oficial de pelucas, mucho menos habrá uno capaz de acoger, tasar, pagar una pieza como la que el veterano de guerra tiene para vender; nada menos que la peluca de Arrostito, la prótesis rubia con claritos que la militante montonera Norma Arrostito compra en la tienda de pelucas y minipelucas Fontaine de Felipe Sinópoli, en Arenales al 1400, y se calza en la cabeza como un guante una mañana de mayo de 1970 para secuestrar en su departamento, a sólo cuatro cuadras de la tienda del señor Sinópoli, al general Aramburu, emblema máximo del enemigo militar y blanco número uno de la organización armada”.

Pero hay también un gesto político en desechar la peluca: la artista Gabriela Liffschitz, luego de sucesivos tratamiento de quimioterapia, eligió raparse a cero y dejar desnuda esa bella cabeza cuyo sentido –como en todo gesto verdadero– no era único, ¿fashion radical? ¿cita de sobreviviente de holocausto? ¿ritual iniciático?

EL VIBRADOR

Libera de la coacción resultadista a la simultaneidad del orgasmo. Permite descansar del peso del otro para jugar sola, con el otro o con la otra. No es el sustituto sino el invitado. A pila, no hay frigidez.

EL PAÑAL DESCARTABLE

Pasadas las épocas bárbaras del bebé escaldado por un pañal que no se cambiaba siquiera a diario o se secaba sin lavar, antes de las pañaleras y de los descartables antiecológicos, el pañal de tela, inventado por la sueca María Alen en 1887 (todavía las suecas no estaban inventando la libertad sexual), ponía un régimen de cadena de montaje.

Las sesentonas de fuste guardan junto a la memoria de los gestos a repetición, junto al de ponerse el diafragma con una cucharita sui generis o de tirarse en la cama para calzarse los jeans, ese ritual complejo: doblar el pañal en forma rectangular si es nene (pis parra arriba), en triángulo si es nena (pis para bajo), meter para adentro las dos orejas del chiripá y luego pasar la delantera entre las piernas del bebé, al que se levantaba cancheramente del catre para juntar las tiras por atrás y anudar adelante el primoroso packaging. Y luego venía la olla de bruja que hervía a todo meter la tanda del día, colgar en la soga la serie que, al compás del crecimiento del usuario, se consumía de manera más espaciada, pero que empezaba con la friolera de seis u ocho cambiadas diarias porque ¿quién no conoce el repetido accidente?: puesto o puesta al pecho, recién cambiado o cambiada, el sujeto o la sujeto pone cara de remolacha arrugada con un dejo a Sarmiento y es obvio que está accionando la máquina expendedora.

El descartable, cada vez más perfecto, contamina menos, tiene menor porcentaje de “fuga”, libera a la cupla, en donde no siempre hay colaboración activa del segundo elemento, cuando no la rebelión tajante para encuentros menos utilitarios y más gozosos.

En Argentina, mientras el pañal descartable se abarataba o se conseguía, los pañales originarios se transformaban en símbolos políticos: las Madres de Plaza de Mayo lo llevan como identificación en la cabeza y con el nombre que no está en la tumba bordado con el punto de los que esperan en acción –llamado “cruz” no es ninguna cruz, sino una X, la de una incógnita de paradero–, punto que en su multiplicación dice: todos son nuestros hijos.

LA CAUSA POR...

Improvísese un icono y un texto y agréguese la lista del femicidio sin esclarecer, el derecho al aborto libre y gratuito, la equidad laboral, la no discriminación por género y orientación sexual y siguen las ídem...


EL MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN LANZA UN 0800 SOBRE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA




En el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres

EL MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN LANZA UN 0800 SOBRE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA

La línea 0800 222 3444 comienza a funcionar el 28 de mayo. Hay quince consultores y consultoras especialmente preparados para responder inquietudes, dar información y derivar a hospitales y centros de salud. Se puede llamar en forma gratuita desde todo el país y el contenido de la llamada es confidencial. El lanzamiento oficial es en el Auditorio de Jefatura de Gabinete este jueves 27 de mayo a las 10 Hs, en vísperas del Día Internacional por la Salud de las Mujeres.

(Buenos Aires, 19/05/2010) “Hola… soy de Jujuy, llamo porque empecé a tener relaciones y quiero cuidarme, ¿cómo hago?”. “Buenas noches, llamo de Tierra del Fuego para saber del papanicolau”. “Quiero hacerme la vasectomía y en la obra social me ponen mil peros, quieren cobrarme. ¿La tengo que pagar o no?”. “Mi hija sufrió un ataque sexual, no sabemos qué hacer, con quién hablar, a dónde ir, nada…nada, estamos en Ciudad de Buenos Aires”.

Para responder a estas y otras preguntas y derivar en forma oportuna a los centros de salud y hospitales de todo el país desde el 28 de mayo funciona el 0800 222 3444, una línea nacional, gratuita y confidencial sobre derechos sexuales y reproductivos del Ministerio de Salud de la Nación.

En la actualidad el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (PNSSyPR) del Ministerio de Salud de la Nación distribuye métodos anticonceptivos en 6113 centros de salud y hospitales de todo el país de los 6721 existentes, con lo que garantiza la cobertura en el 91 por ciento del total de los servicios de salud públicos. El objetivo del 0800 SALUD SEXUAL es brindar atención personalizada y oportuna a la población y facilitar su acceso a estos servicios de salud sexual y reproductiva. Un total de 15 consultoras y consultores especialmente capacitados responden a los llamados desde las seis de la mañana hasta la medianoche.

Mejorar el acceso y monitorear la calidad

La línea 0800 222 3444 informa sobre el marco legal en salud sexual y reproductiva, métodos anticonceptivos, las obligaciones del sistema público de salud, de las obras sociales nacionales y provinciales y de las prepagadas, violencia sexual, asistencia post aborto y aborto no punible, cáncer de cuello de útero y cáncer de mama, derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes y la ley del paciente, entre otros temas.

Está probado que las líneas gratuitas de información tienen una utilidad múltiple: favorecen el acceso efectivo a servicios de salud, hacen las veces de monitoreo a la calidad de servicios, permiten identificar déficit de los servicios de salud sexual y reproductiva y dan visibilidad a los derechos sexuales y reproductivos.

Un aumento de la demanda

Es de prever que la difusión del 0800 Salud Sexual llevará a un aumento de la demanda en los servicios de salud en todo el país tanto de métodos anticonceptivos como de anticoncepció n quirúrgica y todas las prácticas que forman parte de los derechos sexuales y reproductivos.

Por este motivo, el PNSSyPR distribuirá durante 2010 un total de 14.454.090 unidades de insumos anticonceptivos y 17.923.680 preservativos que permitirán ampliar la cobertura en relación a años anteriores.

A cargo del PNSSyPR y del Sistema Único de Atención Telefónica en Salud del Ministerio de Salud de la Nación , la línea cuenta con un mapa de los servicios especializados en permanente actualización, donde se especifica la ubicación, horarios de atención y profesionales a cargo de los distintos servicios.

Los servicios especializados a los que deriva la línea son: consejerías en salud sexual y reproductiva, colocación de DIU, realización de anticoncepció n quirúrgica (ligadura y vasectomía), atención de violencia sexual, de abortos no punibles y, también, instituciones de contención y recepción y acompañamiento de denuncias. Este mapa se construye en forma conjunta con cada uno de los Programas Provinciales de Salud Sexual y Responsable.

Campaña de comunicación por los derechos sexuales y reproductivos

El lanzamiento del 0800 222 3444 se realiza en coincidencia con la presentación de una estrategia integral para favorecer el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva de varones y mujeres. Dentro de la estrategia, un componente central es la “Campaña nacional por los derechos sexuales y reproductivos” que en esta primera etapa está compuesta por diversos materiales gráficos (postal, calcos y afiche) con el concepto “Derechos sexuales y reproductivos. Tus derechos” y cuñas radiales en castellano y en cuatro lenguas de pueblos originarios con el 0800 Salud Sexual incorporado al mensaje.

El mensaje de la campaña apunta a dar cuenta que los derechos sexuales y reproductivos corresponden al conjunto de la población, por lo cual en la imagen se incluye diversidad de origen, diversidad de edad y diversidad en preferencia sexual.

El otro componente es la firma de convenios con el INADI y el Consejo Nacional de las Mujeres para la incorporación de perspectiva de género y de todos los foros de la diversidad a las políticas de salud sexual y reproductiva del Ministerio de Salud de la Nación.

El Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable fue creado por la Ley Nacional Nº 25.673, y reconoce que el derecho a la salud comprende la salud sexual y la salud reproductiva, y que ésta incluye la posibilidad de desarrollar una vida sexual placentera y saludable, sin coacción ni violencia, así como decidir si tener o no hijos, cuándo tenerlos, con quién y en qué lapso entre uno y otro.

Argentina goza de un marco normativo garantista de derechos, de reciente aprobación, tanto en lo que respecta a cuestiones migratorias como a la salud sexual y reproductiva. Sin embargo, existe aún una brecha importante entre la ley y la práctica que afecta, fundamentalmente, a los grupos que se hallan en situación de mayor vulnerabilidad. La línea 0800 se enmarca en las estrategias para favorecer el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva de varones y mujeres y reducir la mortalidad materna, lo cual forma parte de los Objetivos del Milenio que comprometió la Argentina.

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IMPUNIDAD EN VILLEGAS

La infancia, por indefensión, por vaciedad de poder, por inocencia que intenta desmentirse cada vez más tempranamente, es el blanco fácil para ser acusada de todos los males. Y convertirse en el cordero expiatorio de las falencias, las injusticias y las perversidades de los adultos. Plenamente conscientes de la frontera dispuesta entre el bien y el mal.

Los niños y las niñas de esta patria enclavada en los sures del mundo están expuestos en la vidriera pública del señalamiento por delante de la que pasan los adultos y las adultas a colgarles sus propios sambenitos sociales, culturales y sistémicos.

Una nena de 14 años puesta a protagonizar una relación sexual con tres hombres, filmado el horror por uno de ellos y difundido después a través de teléfonos celulares, correos electrónicos y sitios web es estremecedor por pura ruindad, por pura vileza. Y es, definitivamente, un delito por propio peso. Sin ninguna otra consideración lateral.

A través de la tecnología, que suele terminar con las distancias entre los seres humanos y abonar la cercanía, también se lastima profundamente, también se hiere de muerte. Durante meses circuló a través de los celulares el video ultrajante de la chiquita y sus tres abusadores. Hasta que alguien decidió presentar una denuncia.

Y en este punto se desataron todos los demonios que una sociedad puede contener. Una sociedad pequeña, de menos de 20 mil habitantes, de economía rural, que supo tener una presencia atronadora en los medios hace una década y media a partir de la masacre de seis personas jamás esclarecida.

Esa sociedad, cuando la Justicia puso en expediente que se había cometido un delito y echó a andar su pesada maquinaria, tomó el peor de los partidos. Y salió a la calle -como nunca antes por una iniquidad o por crímenes no resueltos- para pedir por los imputados. Para pararse en la vereda de enfrente de la ley. Para reclamar por “las tres víctimas” y denunciar arteramente a la más vulnerable. A la nena de 14 años. Para quien, como designio atávico de las mujeres desde las dulces aguas del útero materno, la palabra puta será un estigma y una imputación de la que -está escrito- jamás se podrá demostrar inocencia.

El propio intendente de General Villegas habló. "Si tuvo sexo con tres hombres a la vez es porque algún problema tiene". Se llama Gilberto Alegre. “Dicen que es un poco rapidita”, agregó por si era necesario.

Para el resto, la chiquita -tenía 14 años en el momento del video- es ninfómana -condición mítica atribuida a las mujeres y nunca comprobada científicamente- , hizo víctimas a tres buenos muchachos del pueblo quienes no pudieron resistirse a su seducción; tiene historias sexuales desde los once años con hombres mayores y, si hubiera vivido unos siglos atrás, ya le subiría el fuego desde los pies en una pira inquisitoria por bruja consumada.

La psicóloga e integrante de Profesionales Latinoamericanos contra el Abuso de Poder, Pilar Vendrell, dice: “de parte de la joven, no hay preparación interna sobre su sexualidad. Puede que acepte, pero es el adulto el que debe decir que no". Sin embargo una profunda ignoracia social y una responsabilidad histórica de la Iglesia que no ha permitido desmitificar la preminencia masculina y la calidad de serpiente bíblica de toda mujer desde la mismísima cuna son algunos de los motivos que hacen posible una marcha por el centro de Villegas encabezada por la mujer de uno de los acusados. Irene Meler -coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires-, interpreta: “No me apuraría a hablar de una connivencia perversa: uno de los efectos más terribles de la dominación masculina es que, junto a la violencia sobre las mujeres excluidas, para las incluidas rige la anulación del pensamiento crítico”.

La excluida es la chiquita de 14, ya condenada por una sociedad que camina y piensa paralela a la Justicia. Las incluidas, las que sufren cultural y ancestralmente la anulación del pensamiento crítico, salen a manifestar en defensa de sus hombres, el sostén social y económico de sus hijos. Lo demás, es inherente a lo masculino. Y debe ser indiscutible.

En el medio está la infancia. Vulnerable, des-amparada, con el cuello listo para recibir los sambenitos sociales y culturales de sus adultos. Aquellos que hicieron el camino de piedras sobre el que los obligan a caminar descalzos. Cada vez más niños son. Más pequeños. Para ser delincuentes o prostitutas. Para ser encerrados y encerradas. Esclavos y esclavas. Que con su martirio desentierran, doscientos años después, la lengua de Castelli. Si ves al futuro, dile que no venga.



Fuentes de datos:
Diarios Página/12, Clarín, 24con.com.ar

Hacia el bicentenario

De la historia y sus huellas
Por Cynthia Eisenberg | 17.5.2010

Las mujeres han recorrido un largo camino en la lucha por sus derechos políticos. En las puertas del Bicentenario la historiadora Adriana 'Indi' Valobra propone repensar la historia y reivindicar a las precursoras de la igualdad política en Argentina.

Adriana 'Indi' Valobra es historiadora, investigadora del Conicet y docente en la Universidad Nacional de la Plata. A punto de publicar Del hogar a las urnas (editorial Prohistoria de Rosario), libro en el que traza el recorrido de los derechos políticos femeninos, dialogó con Artemisa Noticias sobre los primeros pasos en la historia por la igualdad política en nuestro país.

-¿Qué hechos y protagonistas destacarías cómo fundamentales en el proceso de acceso a los derechos políticos de las mujeres?

El acceso al voto fue la dimensión más emblemática de este proceso, pero también debe contemplarse la posibilidad de decidir y de ser escuchadas dentro de los partidos, de ser electas y participar tanto dentro como fuera de ellos.

En el camino al sufragismo, un acto individual que, sin embargo, tuvo un valor simbólico sin igual fue la acción de Julieta Lanteri, una médica italiana que se hizo ciudadana argentina y votó en los comicios para la renovación del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires en 1911, porque la ley no decía que las mujeres no podían hacerlo. Cuando se sancionó la Ley Sáenz Peña que equiparó el padrón electoral al militar, Lanteri no pudo volver a votar. No obstante, ella exigió que la incluyeran en el padrón militar, lo que por supuesto le fue negado por ser mujer. De esta manera la ley limitaba la participación de las mujeres.

Las sanjuaninas también marcaron un hito en la historia de los derechos políticos. En 1912 votaron en elecciones municipales y tras la reforma de la constitución de 1928 su participación alcanzó el nivel provincial. El gobierno de Hipólito Yrigoyen, más tarde, intervino la provincia y encarceló a estas mujeres alegando la inmoralidad que su accionar político había ocasionado.
Dentro de este proceso, pueden destacarse también los simulacros de sufragio femenino de los años 20 donde participaron Elvira Rawson de Dellepiane, Alicia Moreau de Justo y Julieta Lanteri y los proyectos de igualdad política que impulsaron muchos varones.

-¿Que significó Eva Duarte y el peronismo para este proceso?

Habitualmente, en la historiografía es común encontrar la idea de que Perón quiso manipular a las mujeres, que otorgó el voto femenino para manipularlas. Puede ser. Pero lo que no puede dejar de señalarse en esta idea es que sustenta el supuesto de que las mujeres son tan irracionales cómo para ser fácilmente manipulables y que, además, el hecho de que Perón se lo haya propuesto, significó su inmediata implementación. Si bien el peronismo marcó el intento de organización que hasta entonces no se había dado, en la sociedad ya existía consenso sobre la injusticia en relación a los derechos políticos femeninos. De todas maneras, me parece que hay que rescatar la voluntad política de Perón.

En cuanto a Eva, su papel fue fundamental. Si bien tuvo algunas ideas conservadoras, me parece que otras no lo fueron. Es rescatable el impulso a que la participación política no fuera sólo de puertas para afuera. Ella estaba convencida de que la política tenía que estar 'en la mesa familiar', lo cual constituyó una forma nueva de pensar, una politización del hogar nunca antes imaginada. Asimismo, es necesario analizar el efecto que su discurso provocó en la gente: las mujeres de la época peronista coinciden en el peso de su figura y no todas recepcionaron un mensaje conservador como el que resalta la historiografía, de hecho opinan que revolucionó las relaciones de género. Ellas entendieron de boca de Eva que debían ser protagonistas.

-¿Qué ocurrió una vez sancionada la ley?

-Las sufragistas y las mujeres de los partidos, en general, aceptaron la ley y empezaron a reorganizar a las mujeres. Criticaron el uso que el peronismo pudiera hacer de ese voto femenino, pero ninguna se opuso. Cada partido comenzó a reorganizarse para dar lugar a las mujeres, aunque algunos no fueron efectivos en esa organización. Sin duda, el que arrasó fue el Partido Peronista Femenino, aunque las primeras legisladoras peronistas tuvieron un papel secundario si se piensa en todo el poder que habían tenido en su actuación partidaria. Cuando tuvieron que compartir espacios con los varones quedaron relegadas.

-¿En que lugar ubica a las mujeres la historia política del país? ¿Porque es importante rescatarlo?

Desde el lugar de la historia oficial, el proceso ha sido invisibilizado por la mayoría de los y las historiadores/as. En la sociedad, hay un gran desconocimiento de este proceso que culminó en el sufragio; está instalada la idea que fue sólo Eva la que le dio forma y lo sancionó. En cuanto a los partidos políticos el recorrido de las mujeres en cada partido es dispar.

El partido radical, aún teniendo mujeres muy interesantes cómo María Luisa Coutouné de Butiérrez en La Plata o Clotilde Sabatini en Buenos Aires, las olvida u omite que en las primeras elecciones en las que participaron las mujeres, la UCR no tuvo candidatas en puestos importantes. El discurso tradicional está tan arraigado que no le permite pensar al ciudadano en términos que no sean masculinos. En el peronismo, en cambio, el reconocimiento de las mujeres ha sido contundente inspirándose en la figura de Eva; sin embargo, a ella también se le marcaron los límites de su propio poder y se le negó la investidura de vicepresidenta. El socialismo y el comunismo reconocen a sus mujeres y preservan la memoria de sus acciones.

Hoy en día se habla mucho de la reparación de la memoria; pero la memoria se construye. Es necesario repensar la historia a la luz de la acción de las mujeres, nuestra sociedad y la interpretación del pasado cambiarán al tomarlas en cuenta como hacedoras. Asimismo, y aunque a veces suena a frase hecha, si bien estamos en camino de devolver a las mujeres a la historia, aún nos falta mucho para devolverle su historia a las mujeres.

Artemisa Noticias

MURAL DEL BICENTENARIO

Clickea en la página, aparece el mural del BICENTENARIO, podes navegar con el mouse podes ir a derecha o izquierda arriba o abajo, si te apoyas en ciertas partes se pinta de amarillo y sale un cartel explicativo, si buscas mejores detalles tiene para agrandar.


http://www.muralbicentenario.encuentro.gov.ar/flash/index.html