La cenicienta que no queria comer perdices


Cuento escrito por Nunila L. Salamero con ilustraciones de Myriam C. Sierra. Esta es la historia de la Cenicienta que una noche fue a la fiesta... perdió su zapato y se casó con el principe. Cansada de los avatares de su vida, como estar sometida al principe y sus antojos, intentando aparentar una vida feliz... Un día dijo Basta y comenzó a ser ella misma, se dió cuenta que ni un principe ni nada iba a salvarla. El blog educación y sexualidad recomienda este cuento para trabajar en el aula, para reflexionar junto a nuestr@s hij@s, y para todas las mujeres y hombres!. Seguir generando conciencia y bregar por la igualdad de derechos y condiciones para mujeres y hombres es nuestro derecho.

Pueden leer el cuento en:
http://www.slideshare.net/begabi/la-cenicienta-que-no-quera-comer-perdices-presentation?type=document

El blog: http://nunila-myriam.blogspot.com/

Maternidad y trabajo: la protección de la lactancia materna en el ámbito laboral




Es posible afirmar que prima en nuestro país una tendencia a imitar al modelo europeo de derechos laborales, especialmente en lo que se refiere a la protección de las madres trabajadoras. Hoy se debate la extensión de las licencias por maternidad, y la mayoría de estas iniciativas se apoyan en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo según el cual la lactancia materna debería ser exclusiva hasta los seis meses y extenderse hasta los dos años de edad del niño.

Pese a tales recomendaciones, el 10,2% de las mujeres que abandonan tempranamente la lactancia materna aducen como causa central el regreso a sus puestos de trabajo.

Por tal motivo, son varios los aspectos pendientes en materia legislativa en la Argentina, cuya resolución posibilitaría promover y facilitar la lactancia materna en el caso de las madres que trabajan fuera de sus hogares. Entre otros ítem, se destacan los siguientes:

• El 60% de las madres trabajadoras no están protegidas por la ley de trabajo, porque se desempeñan en un empleo informal –39,7% de las madres– o en el servicio doméstico –20,4%–.
• La legislación que regula la actividad del servicio doméstico no garantiza la estabilidad laboral para las mujeres embarazadas y carece de normas sobre protección de la maternidad y lactancia. Esto perjudica la lactancia materna principalmente de los sectores más postergados de la población, ya que son las madres en situación de pobreza e indigencia las que se desempeñan en estos trabajos –el 35,1% de las madres indigentes y el 39,8% de las madres pobres no indigentes trabajan en el servicio doméstico–.
• En el interior de la legislación laboral existe una brecha entre el empleo público y el privado: la LCT establece que la madre trabajadora del lactante podrá disponer de dos descansos de media hora para amamantar a su hijo en el transcurso de la jornada de trabajo. En el caso de desempeñarse en el sector público, el descanso previsto se extiende a una hora, pudiendo además la trabajadora optar por acumular la licencia diaria al ingresar dos horas después o retirarse dos horas antes. Esta brecha también se repite en el caso de normativas nacionales vs. provinciales o municipales, o entre los regímenes especiales. Por ejemplo, Neuquén sancionó en junio de 2008 la Ley 2592 que extiende la licencia por maternidad a las empleadas estatales 120 días para así fomentar la lactancia materna. A su vez, en la provincia de Buenos Aires hay un proyecto de ley que cuenta con media sanción (aprobó la Cámara de Diputados) para ampliar a 210 días la licencia por maternidad.
• Muchas veces, lo establecido por la legislación privada como protección de la lactancia materna (dos descansos diarios de media hora para amamantar) resulta difícil de implementar en el caso de aquellas madres cuyos hogares quedan muy lejos de sus trabajos o si en estos no disponen de salas o lactarios adecuados.

Es imprescindible que en la Argentina comience un proceso de transformación de la cultura laboral con el diseño e implementación de políticas que incorporen la nueva realidad del mercado de trabajo y las necesidades familiares: la fuerza laboral femenina está en aumento, hoy la mayoría de las mujeres trabaja fuera de su hogar y son precisamente las madres las que lo hacen. (…)

ver nota completa en: http://www.artemisanoticias.com.ar/site/notas.asp?id=6&idnota=6397

Educación sexual: hacer experiencia





Educación sexual: hacer experiencia
Por M.E. | 10.2.2009

El Proyecto ''Educación integral de la sexualidad en el nivel medio.

Experiencia piloto en una escuela de la CABA'' se desarrolló

durante el 2008 en la Escuela de Reingreso (Gestión estatal)

Nº 2 D.E. Nº 4.

El proyecto fue seleccionado por FLACSO

(Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales)

en el marco del Fondo Concursable para la formación docente

en equidad de género, y contó con el aporte de la Fundación Ford

y el Fondo de Población de la Naciones Unidas (UNFPA).

El Proyecto Educación integral

de la sexualidad en el nivel medio.

Experiencia piloto en una escuela de la CABA

tuvo el objetivo de desarrollar procesos

de formación docente para fortalecer

sus capacidades como educadores en sexualidad

y acompañar el diseño y puesta en marcha

de proyectos institucionales relacionados

con la educación integral de la sexualidad.

A lo largo de la implementación durante el 2008

se aplicaron dispositivos que buscaron

explorar y sistematizar los aspectos

que facilitan o dificultan la puesta en práctica

de estrategias de educación en sexualidad

en el ámbito escolar.

Según l@s miembr@s del proyecto, la implementación

ha permitido recoger información relevante para ser trabajada

en la transferencia de contenidos y metodologías

en el aula de educación sexual y ha contribuido

significativamente a la formación de docentes

en aspectos relacionados con las desigualdades

de género y la legítima búsqueda por la equidad.

''Los contenidos de la formación abordan

específicamente, las relaciones sociales de género,

los paradigmas para el análisis de género

y su relevancia en relación con las formas

en que el género opera en la construcción

de la sexualidad, los mitos acerca la misma,

los problemas de salud derivados

de una mayor vulnerabilidad cultural

de las mujeres jóvenes y las prácticas

que de forma invisible reproducen

estereotipos en el espacio escolar.

Las desigualdades de género son abordadas

como problemas relativos al campo

de los derechos humanos ya que

al establecer jerarquías entre sujetos,

suponen más obstáculos, para las mujeres

que para los varones, a la hora de construir

una vida autónoma y partícipe de la vida social''

señaló Alejandra Brener, coordinadora pedagógica del proyecto.

El equipo de trabajo se completa con Eleonor Faur

(directora y Actual Oficial de enlace del Fondo de Población de Naciones Unidas - UNFPA),

Gabriela Ramos (formadora) y Marina Medan (asistente técnica),

con el apoyo del Instituto de Altos Estudios Sociales,

Universidad de San Martin IDAES-UNSAM,

y el aporte de la Fundación Ford y UNFPA.

Como cierre del proyecto se logró editar en formato DVD

el documental

''Sexualidad en las aulas. Huellas de un proceso educativo''

que fue distribuido en la Primera Reuniòn Federal

del Programa Nacional de Educaciòn Sexual Integral

(ver nota De eso sí se habla) y en diferentes congresos

y seminarios de educación.

Artemisa Noticias

Hospital Borda

El Hospital Borda agradece la divulgación de esta información:

En el Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda funciona un programa de alta, donde algunos pacientes trabajan el tema de su externación. Se hacen distintas actividades y una de ellas es la de los 'Molineros del Borda'.
Aquí fabrican papel artesanal con el cual hacen tarjetas de casamiento, de cumpleaños, personales, diplomas y varias cosas más.
Tienen muy buena calidad de papel y buenos precios.
La propuesta es que hagamos entre todos una cadena de mail para que este
emprendimiento pueda hacerse conocer cada vez más. Ellos necesitan trabajar, y cada producción que hacen y venden es un ingreso y esto, como para cualquier persona, es necesario y
gratificante para ellos.

Esta es la dirección de mail y el teléfono para que cualquiera que necesite alguna tarjeta pueda comunicarse:
molinerosdelborda@yahoo.com.ar o al teléfono: 4304-5546

Desde ya se agradece difusión.

El nacimiento y los origenes de la violencia. Michel Odent

Las ciencias biológicas de los años 90 nos enseñan que es la primera hora que sigue al nacimiento la que conforma todo un período crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar.

Cuando acudimos a la biografía de grandes figuras de la humanidad que comúnmente asociamos con el amor, como pueden ser Venus, Buda y Jesús, se nos presenta la manera en que tuvo lugar su nacimiento como una fase muy importante, como un momento crítico en el desarrollo de sus historias vitales. Por contra, la biografía de personajes famosos, políticos, escritores, artistas, científicos, gente del mundo de los negocios y sacerdotes suele comenzar describiendo detalles de la infancia y educación. ¿Podría indicar esta notable diferencia entre ellos que el nacimiento es un momento crucial en el desarrollo de nuestra capacidad de amar?

Las ciencias biológicas de los años 90 nos enseñan que es la primera hora que sigue al nacimiento la que conforma todo un período crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar. Durante el proceso del nacimiento, segregamos una serie de hormonas que permanecen en los sistemas corporales tanto de la madre como del bebé justo después del nacimiento. Ambos, la madre y el bebé, se encuentran entonces en un equilibrio hormonal cuya duración tiene una naturaleza vital corta y que, además, no volverá a presentarse en el futuro. Si consideramos las funciones de estas hormonas y el tiempo que tardan en ser eliminadas por parte de nuestro organismo, entenderemos entonces que cada una de estas diferentes hormonas cumple exclusivamente un papel igualmente diferenciado en la interacción madre-bebé.

Son estas mismas hormonas las que funcionan en cualquiera de los aspectos relacionados con lo que conocemos como amor. Datos recientes que van aportando diferentes ramas de la literatura científica vienen a presentar, en esta línea, una nueva visión de la sexualidad. Existe una hormona del amor al igual que también contamos con un sistema de recompensa que opera cada vez que, como animales sexuales que somos, hacemos algo que es necesario para la supervivencia de la especie.

«La primera hora que sigue al nacimiento conforma todo un período crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar»

La oxitocina se encuentra en medio de cualquier aspecto relacionado con el amor. Primeramente es secretada por una primitiva estructura de nuestro cerebro llamada hipotálamo; posteriormente pasa a la glándula pituitaria posterior desde donde, bajo circunstancias específicas, es liberada repentinamente en el torrente sanguíneo. Hasta hace bien poco, venía sosteniéndose que la oxitocina era un tipo de hormona característica del sexo femenino cuyo único papel consistía en estimular las contracciones uterinas durante el trabajo de parto y el parto, así como las contracciones del pecho durante la lactancia. Hoy se sabe que la oxitocina es una hormona tanto femenina como masculina y que se encuentra presente en diferentes aspectos de la vida sexual.

Función de la oxitocina en la excitación sexual

Hace muy poco que ha salido a la luz la función de la oxitocina durante la excitación sexual y el orgasmo. Esto, tras innumerables experimentos con oxitocina en ratas y otros animales de laboratorio. Por ejemplo, cuando se inyecta la oxitócica a aves domésticas de corral y palomas, la mayoría, un minuto después de la inyección, empieza a moverse a ritmo de vals, a agarrarse unos a otros por las crestas y a montarse. Hace ya décadas que viene utilizándose la oxitocina con animales en cautividad con fines relacionales. Es ahora cuando contamos con estudios científicos que muestran los niveles de oxitócica durante el orgasmo en los humanos. El equipo [de investigación] de Mary Carmichael de la Universidad de Stanford en California ha publicado un estudio en el que se tomaron medidas de los niveles de oxitocina entre hombres y mujeres durante la masturbación y orgasmo. Estas mediciones se realizaron por medio de muestras de sangre recogidas continuamente a través de un catéter fijo en vena (1). Los niveles obtenidos antes del orgasmo, durante la estimulación, resultaron ser superiores entre las mujeres que entre los hombres. Ciertamente, ya eran superiores durante la segunda fase del ciclo menstrual en comparación con la primera fase. También las mujeres presentaban niveles significativamente superiores que los hombres durante el orgasmo; de la misma forma, las mujeres multiorgásmicas obtenían un pico más elevado durante el segundo orgasmo. En el orgasmo masculino, la oxitocina ayuda a inducir las contracciones de la próstata y las bolsas seminales. El efecto inmediato que conlleva la liberación de oxitocina durante el orgasmo femenino es el de inducir el tipo de contracciones uterinas que ayudan a transportar el esperma hacia el óvulo. Existen datos de estos hechos datados ya en 1961 aportados por dos médicos americanos y obtenidos durante una operación ginecológica. Ocurrió cuando, antes de realizar la incisión abdominal, fueron introducidas partículas de carbono en la vagina de la mujer, cerca del cérvix, a la vez que le era administrada una inyección de oxitocina. Luego, encontraron partículas de carbono en las trompas de Falopio (2).

«La oxitocina es una hormona tanto femenina como masculina y se encuentra presente en diferentes aspectos de la vida sexual»

Margaret Mead, tal y como han hecho muchos antropólogos, se percató de que, en muchas sociedades, el papel del orgasmo femenino había sido totalmente ignorado, considerando que no cumplía función biológica alguna (3). En el mismo estadio de desarrollo de las ciencias biológicas, Wilhelm Reich fue incapaz de relatar cuál era exactamente el papel del orgasmo femenino (4). Hoy en día, con los datos de los que disponemos, podemos mostrar una visión completamente nueva del orgasmo femenino.

La hormona del amor altruista

Sabemos que cierto nivel de oxitocina es necesario durante el proceso del nacimiento, y los obstetras han venido siendo conscientes de ello desde hace bastante tiempo. Sin embargo, no es hasta la actualidad cuando nos interesamos por la cantidad de oxitocina que es liberada justo después de que el bebé ha nacido. La importancia de este pico es especialmente relevante cuando lo ligamos a nuestro reciente conocimiento de que la oxitocina puede inducir a la conducta maternal. Cuando la inyectamos en el cerebro de una rata virgen o una rata macho, se vuelve maternal y comienza a cuidar a los cachorros. En el caso opuesto, si inyectamos un antagonista de la oxitocina directamente en el cerebro de las madres ratas justo después del parto, no prodigan una gran atención a sus crías. Puede decirse que uno de los mayores picos de secreción de la hormona del amor que acontece en la vida de una mujer se da justamente tras el nacimiento, siempre y cuando éste transcurra sin que medien hormonas de sustitución administradas a la madre durante el parto. Parece que el feto también libera oxitocina, lo cual contribuye al comienzo del trabajo de parto a la vez que puede configurar la propia capacidad del bebé para liberar la hormona del amor.

«La oxitocina está presente en la leche humana; es decir, el bebé que es amamantado absorbe cierta cantidad de la hormona del amor a través del tracto digestivo».

En este mismo sentido, estamos en estos momentos conociendo más acerca del papel de la oxitocina en la lactancia. Se ha comprobado el hecho de que cuando una madre oye una señal de su bebé con hambre, se produce un aumento en los niveles de oxitocina, por lo que podemos establecer un paralelismo entre la excitación sexual que comienza antes de que exista cualquier tipo de contacto físico. Tenemos entonces niveles igualmente elevados de oxitocina liberados por una madre en el momento en el que el bebé mama que durante un orgasmo, lo que constituye otro paralelismo entre estas dos situaciones en la vida sexual. Aún más, la oxitocina se encuentra presente en la leche humana. Dicho de otro modo, el bebé que es amamantado absorbe cierta cantidad de la hormona del amor a través del tracto digestivo. Y cuando nos encontramos compartiendo una comida con más personas, también incrementamos nuestros niveles de oxitocina. La única conclusión posible es que la oxitocina es una hormona altruista, una hormona del amor.

Así, cualquier episodio de la vida sexual se caracteriza por la liberación de una hormona altruista, y esto también se refiere a la liberación de sustancias morfina-like. Este tipo de endomorfinas actúan como hormonas del placer y como analgésicos naturales. Durante el acto sexual se liberan niveles altos de endomorfinas, por lo que para la personas que padecen de migraña, las relaciones sexuales se convierten en un remedio natural contra ese dolor de cabeza. Existe al respecto mucha documentación acerca del uso por parte del organismo de estas sustancias en diferentes tipos de animales.

«En las sociedades en las que la sexualidad genital está muy reprimida, las mujeres tienen una menor probabilidad de tener partos más fáciles, y a la inversa, la rutina hipercontroladora del proceso del nacimiento probablemente influye en otros aspectos de nuestra vida sexual»

Pongamos como ejemplo el caso de lo hámster y las betaendorfinas, cuyos niveles en sangre aumentaron en 86 veces en ejemplares machos después de la quinta eyaculación en comparación con los animales del grupo de control. En esta misma línea se han realizado estudios en humanos que profundizan en el papel de la liberación en sangre de endorfinas durante el trabajo de parto y el parto. Como consecuencia de estos nuevos estudios, ha salido a la luz el tema del dolor y si éste es psicológico o resultado de condicionamientos culturales, asunto que ha formado parte del debate con argumentos que podemos situar en hace 40 años. Hoy por hoy damos por aceptado el concepto de dolor psicológico, aunque también existe un sistema de compensación cuya finalidad es regular el uso de sustancias opiáceas naturales por parte del organismo humano. Ése es sólo el comienzo de una larga serie de reacciones.
Por ejemplo, las betaendorfinas liberan prolactina, una hormona que le da el toque final a la maduración de los pulmones del bebé y que es igualmente necesaria para la secreción de la leche materna. También la oxitocina ayuda en este caso a la subida de la leche.

Este aparentemente simple hecho de liberación de endorfinas durante el proceso del nacimiento nos dice que en los 90 no podemos ya separar el estudio del dolor del estudio del placer, dado que el sistema que nos protege del dolor es el mismo que nos produce el placer. Durante el parto y nacimiento, el bebé libera sus propias endorfinas, de lo que se deduce que, en la hora siguiente al nacimiento, tenemos a una madre y a un bebé impregnados de opiáceos. Es entonces cuando se establece esa relación de apego o vínculo, ya que los opiáceos crean un estado de dependencia. De igual manera, cuando los individuos de una pareja sexual se encuentran uno junto al otro e impregnados de opiáceos, se crea otro tipo de dependencia muy similar a la relación de apego entre una madre y su bebé.
Teniendo en cuenta que la lactancia es necesaria para la supervivencia de los mamíferos, no sorprende advertir que existe un sistema interno de recompensa que anima a la madre a dar el pecho. Cuando una madre amamanta, en veinte minutos alcanza el nivel máximo de endorfinas; así, al bebé le ha recompensado la crianza desde que la leche humana contiene endorfinas. Éste es el motivo por el que algunos bebés se muestran como “elevados” después de mamar.

«Durante el acto sexual se liberan niveles altos de endomorfinas, por lo que para la personas que padecen de migraña, las relaciones sexuales se convierten en un remedio natural contra ese dolor de cabeza»

Nuestros conocimientos acerca de las endorfinas es aún muy reciente. Hace sólo 20 años, Pert y Snyder publicaron un artículo histórico en la revista Science donde revelaban la existencia de células sensibles a la recepción de opiáceos en el tejido nervioso de los mamíferos. Entonces, si el sistema nervioso humano contiene células sensibles a los opiáceos, podríamos pensar que el cuerpo humano es capaz de producir alguna sustancia o sustancias muy similares a las que segrega el opio (5). En cuanto se entiendan por completo estos datos científicos publicados, dispondremos de una nueva base de la que partir a la hora de afrontar temas como la relación entre el placer y el dolor, el comportamiento masoquista y sádico, la filosofía del sufrimiento, el éxtasis religioso y los sustitutos de la satisfacción sexual, por citar sólo unos pocos temas a modo de ejemplo.

«Durante el parto y nacimiento, el bebé libera sus propias endorfinas, de lo que se deduce que, en la hora siguiente al nacimiento, tenemos a una madre y a un bebé impregnados de opiáceos»

Tanto la oxitocina, hormona del amor, como las endorfinas, hormona del placer, forman parte de un complejo equilibrio hormonal. Pongamos como ejemplo un caso de liberación de oxitocina de modo repentino. De acuerdo a un equilibrio hormonal, podemos dirigir la necesidad de amar en direcciones diferentes. En el caso de una madre con niveles altos de prolactina, ésta, en su trato con el bebé, tiende a concentrar su capacidad de amar hacia su bebé. Cuando los niveles de prolactina son bajos, como ocurre normalmente en los casos de madres que no dan el pecho, el amor es dirigido entonces hacia una pareja sexual, y es que la hormona necesaria para la secreción de la leche materna, la prolactina, disminuye el deseo sexual. Cuando un hombre tiene un tumor por el que segrega prolactina, el primer síntoma es la impotencia sexual. Los fármacos “antiprolactina” pueden ser inductores de sueños eróticos.

Es bien conocido el hecho de que, entre muchas especies de mamíferos, la madre que amamanta no es receptiva al macho. Es más, en muchas sociedades tribales, hacer el amor y amamantar son actos considerados incompatibles. Podemos decir que desde el advenimiento del modelo grecorromano de monogamia estricta viene dándose una cierta tendencia a reducir dar el pecho por medio de esclavas, nodrizas, leches animales o preparados lácteos.

Adrenalina y contacto visual

Existen hormonas que inhiben ciertos episodios de la vida sexual, hormonas de la familia de la adrenalina que son liberadas cuando los mamíferos tienen miedo o sienten frío. Este tipo de hormonas, denominadas “de emergencia”, son las que nos proveen de la energía necesaria para protegernos en caso de lucha o de huida. En el caso de una hembra mamífero amenazada por un depredador potencial cuando ésta se encuentra pariendo, este tipo de adrenalina permite a la madre posponer el proceso del nacimiento, parándolo y retrasando ese momento con el fin de impulsar a la madre a lucha o huir del peligro. Es bien sabido por los ganaderos que es imposible ordeñar a una vaca asustada.

Ahora bien, los efectos de la adrenalina durante el proceso del nacimiento prueban ser más complejos en este caso. Ambos, la madre y el bebé, experimentan picos de adrenalina durante las ultimísimas contracciones que preceden al nacimiento. Con ello se permite y facilita a la madre estar alerta cuando nace el bebé; además, para los mamíferos supone una ventaja añadida, ya que liberan energía suficiente para proteger al recién nacido. Otro de los efectos derivados de tal cantidad de adrenalina disponible en el organismo del feto es que, igualmente, éste entra en el nacimiento en estado de alerta, con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas, de ahí la fascinación de las madres por la mirada de sus criaturas recién nacidas. Aparentemente, este contacto visual representa para los humanos una piedra de toque fundamental en el comienzo de la relación madre-bebé. Hemos de destacar en este punto que las hormonas de la familia de la adrenalina, tan generalmente relacionadas con la agresión, cumplen un rol muy específico en la interacción madre-bebé durante la hora siguiente al nacimiento.

El cerebro primitivo

En los seres humanos, el principal órgano en funcionamiento durante cualquier actividad sexual es el cerebro. Las ciencias biológicas modernas ven el cerebro como una glándula primitiva que secreta hormonas, pero sólo las primitivas estructuras del cerebro y las que rodean al hipotálamo –aquéllas que compartimos hasta con los mamíferos más primitivos– están activas durante la relación, el nacimiento y la lactancia. Los humanos tenemos un neocórtex –estructura cerebral recientemente descubierta– que alberga al intelecto sobre y alrededor de la estructura cerebral primitiva. Cuando este cerebro racional es sobreestimulado, tiende a inhibir la acción del cerebro primitivo. Durante el proceso del nacimiento, hay una etapa en la que a la mujer de parto le da la sensación de estar en otro planeta; para llegar a ese “otro planeta”, ha tenido que cambiar su nivel de conciencia reduciendo la actividad del neocórtex. Y al contrario, durante el proceso del nacimiento y cualquier experiencia sexual, una estimulación del neocórtex tiene un efecto inhibitorio: una conversación lógica, sentirse observada, luces fuertes, etc. Hay pocas parejas que puedan hacer el amor si se sienten observadas o si sus neocórtex se encuentran estimulados por luces fuertes o pensamientos lógicos.

Resulta irónico que los mamíferos no humanos, cuyo neocórtex no está tan desarrollado como el nuestro, cuenten con una estrategia para dar a luz en privado. La sensación de seguridad es un requisito previo para mantener el estado de privacidad. Para uno sentirse seguro, antes debe de sentirse protegido. Recordemos que las primeras comadronas eran normalmente las madres de las mujeres que estaban dando a luz. Otras comadronas que sustituían a la figura materna debían ser, sobre todo, personas protectoras.

«Durante el proceso del nacimiento, hay una etapa en la que a la mujer de parto le da la sensación de estar en otro planeta; para llegar a ese “otro planeta”, ha tenido que cambiar su nivel de conciencia reduciendo la actividad del neocórtex»

Tratar la sexualidad como un todo supone tener en cuenta muchas implicaciones. En las sociedades en las que la sexualidad genital está muy reprimida, las mujeres tienen una menor probabilidad de tener partos más fáciles, y a la inversa, la rutina hipercontroladora del proceso del nacimiento probablemente influye en otros aspectos de nuestra vida sexual.

Es necesario un completo trabajo para estudiar estas correlaciones, las cuales están basadas en muchos textos antropológicos de la muy reciente y moderna etnología, como el trabajo de Malinowski The Sexual Life of Savages (7) y los estudios de Margaret Mead. Nos encontramos con las mismas correlaciones cuando comparamos las últimas estadísticas relacionadas con el nacimiento del s. XX en los países de Europa: los nacimientos son más fáciles en Suecia que en Italia.

Por supuesto, amor y sexualidad no son sinónimos. Nadie puede definir el amor, ni nadie puede analizar con precisión los distintos tipos de amor. La última forma de amor entre los humanos debería de ser el amor a la Naturaleza, un gran respeto hacia la Madre Tierra. Durante la primera hora que sigue al nacimiento, el primer contacto del bebé con su madre es un período crítico en el desarrollo de la capacidad de respeto a la Naturaleza. Debe de existir algo en común entre la relación con la madre y la relación con la Madre Tierra. Debe de haber algunas, muy pocas, culturas en la que no exista excusa alguna para interferir en el primer contacto entre la madre y el bebé. En estas culturas, la necesidad de dar a luz en la intimidad siempre se ha respetado, culturas que se han desarrollado en sitios donde los humanos tenían que vivir sus vidas en armonía con el ecosistema, donde resultaba una ventaja desarrollar y mantener el respeto hacia la Madre Tierra.

Cuando el proceso del nacimiento se vea como un período de suma importancia en el desarrollo de la capacidad de amar, ocurrirá la revolución en nuestra visión de la violencia.

Michel Odent

Publicado en la Revista Ostare nº 7, invierno 2002 (pp.46-50)

BIBLIOGRAFÍA

1. Carmichael, M.S., Humber, R., et al., (1987): Plasma oxytocin increases in the human sexual response. J. Clin. Endocrinol. Metab. 64: 27.
2. Egli, G.E., Newton, M. (1961): Transport of carbon particles in human female reproductive tract. Fertility and Sterility, 12: 151-155.
3. Mead, M. (1948): Male and Female. New York, William Morrow and Co.
4. Reich, W. (1968): The Function of Orgasm. London: Panther Books.
5. Pert, C.B. and Snyder, S.H. (1973): Opiate receptor: A demonstration in nervous tissue. Science 179: 1011-1014.
6. Odent, M. (1987): The foetus ejection reflex. Birth 14:104-105. See also Odent, M. (1991). Fear of death during labour. J.of Reproductive and Infant Psychology, 9:43-47.
7. Malinowski, B. (1919): The Sexual Life of Savages. New York, Harvest Books.

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Las buenas adicciones

La facilidad con la que el ser humano se hace adicto a las más variadas sustancias, comportamientos, y sustitutos varios de lo innombrable plantea la cuestión de hasta qué punto somos una especie altamente “adictible” o si esa tendencia no es el resultado de la privación de experiencias cuya importancia se nos escapa.

La capacidad de hacerse adicto no es mala en sí misma. Uno puede ser adicto al amor del bueno, a la belleza, al placer de vivir. Nuestro cerebro es el primer y más inmediato productor de sustancias “dopantes”, las endorfinas, por ejemplo. De estructura similar a la morfina, estos opiáceos constituyen el sistema de recompensa que premia con placer todo lo que es bueno para la salud y la felicidad: el sexo, la lactancia materna, el parto, pero también el ejercicio físico, las demostraciones de afecto en cualquiera de sus formas ... incluso la contemplación de la belleza. Las endorfinas están presentes en cualquier relación en la que el apego amoroso juega un papel fundamental, por eso se segregan en grandes cantidades durante el parto y la lactancia materna.

Otra sustancia que interviene en las relaciones de apego es la oxitocina, que rige todos los procesos relacionados con la vida sexual: el parto, la lactancia, el orgasmo, la eyaculación … Cuando una mujer da a luz, en la hora siguiente al nacimiento se produce una secreción de oxitocina aún mayor que durante el parto. Cuando este se ha producido sin interferencias, la mamá y el bebé están bañados en estas hormonas del amor: el resultado es un auténtico “flechazo”, un intenso y jubiloso sentimiento amoroso que despertará en la madre sabidurías ancestrales, y le ayudará a sintonizar de modo natural con las necesidades de su bebé y a confiar en su instinto.

Este vínculo se renueva además con cada toma de leche materna, que también contienen endorfinas y oxitocina. El bebé que mama experimenta unos niveles de placer y satisfacción no alcanzables de ninguna otra forma, y que de algún modo sienta las bases de lo que para él será un estado de “bienestar”. Es una experiencia que le permite vivir el estado de fusión y de ausencia de límites propio de esta etapa. Esa entrega confiada a algo más grande que le contiene, le ama y provee, y que además le proporciona tanto placer, es una experiencia que muchos místicos podrían fácilmente identificar. Visto de esta forma, la madre es la versión personalizada de la Madre Tierra.

Nuestra sociedad, que tan permisiva es para ciertas cosas es sin embargo tremendamente represiva con la producción de opiáceos internos, esos que son gratis y no benefician más que a sus propios productores. La forma en que se atiende el parto en los hospitales, y se interfiere el establecimiento de la lactancia materna impiden la vivencia de estos estados de intensidad amorosa, tanto en la madre como en el bebé, que a su vez repercuten en la lactancia materna. Cuando muchas de las adicciones son orales, uno se pregunta hasta qué punto son el resultado es una oralidad desplazada y nunca satisfecha, un estado de ansiedad profunda, la sensación de haberse perdido algo sin saber exactamente qué.

La forma de interferir esta producción sagrada es tan variada que resulta difícil escapar a alguna de ellas. En los hospitales, los partos se estimulan sistemáticamente con oxitocina sintética. Esto inhibe la producción de oxitocina endógena, que es la que además de dirigir el parto prepara a la mamá y el bebé para su primer encuentro amoroso fuera del útero. Esta droga sintética hace el parto tanto más doloroso, que la epidural se convierte en la “solución”, una solución que anestesia el cuerpo pero de paso el alma: las mujeres no sufren pero tampoco gozan, y el cuerpo no segrega endorfinas porque no lo necesita. En el caso de las cesáreas programadas, mamá y bebé paren y nacen sin preparación hormonal previa, lo que hace que su encuentro –entorpecido y retrasado por la operación- se produzca en un estado hormonal neutro, similar al de –por ejemplo- la entrega de llaves de una casa. Están contentas, claro, pero es ese “contentas” el previsto por la naturaleza para la ocasión? Esta alteración hormonal del proceso del parto, el hecho de que para las mujeres el post-parto sea también un post- operatorio (cesárea o episiotomía), la separación mama-bebé tras al parto, aún de rutina en muchos hospitales, y los biberones que se les da en el nido forman un conjunto de circunstancia que entorpecen no sólo el vínculo mamá-bebé sino el establecimiento de la lactancia materna.

El hecho es que nunca hasta ahora había ocurrido que una abrumadora mayoría de los seres humanos llegue al mundo sin la impronta de las hormonas del amor. Y mientras tanto, los expertos se reunen y organizan conferencias, tratando de comprender el por qué del constante ascenso de violencia infantil y juvenil, estableciendo medidas para controlar su expresión pero sin llegar siquiera a percibir su origen. Termino citando a Jean Liedloff, en su maravillosa obra “El concepto del continuum”. “En las sociedades civilizadas, las diferencias entre individuos reflejan fundamentalmente y según el grado de alejamiento del continuum que la sociedad tenga, la manera en que cada cual se ha adaptado a la distorsión que en su personalidad ha causado la cantidad y calidad de las carencias experimentadas. Por ello, los individuos son, a menudo, antisociales, y la sociedad les teme, como teme cualquier otra manifestación de no conformidad entre sus miembros. Por lo general cuanto más anti-continuum es una cultura, mayor presión se ejerce sobre el individuo para que muestre una fachada de conformidad a la norma en su comportamiento público y privado”.

Isabel Fdez. del Castillo
Autora de La revolución del nacimiento
Publicado en The Ecologist


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¿Es la promoción de la lactancia tan inútil como la promoción del amor? - Michel Odent




Es precisamente porque estamos en el proceso de comprobar que la manera en que hemos nacido tiene consecuencias a largo plazo en términos de sociabilidad, agresión y capacidad de amar, que hemos empezado a analizar los numerosos creencias y rituales que perturban el desarrollo fisiológico del período perinatal.

LA PROMOCIÓN DEL AMOR ES ANTIGUA

No son necesarios grandes argumentos para convencer a cualquiera de que el amor ha sido promovido desde tiempos inmemoriales. Los héroes espirituales, líderes religiosos, filósofos, poetas, moralistas y filántropos de todas las tendencias han utilizado una gran variedad de términos con los que alentar la expresión de las distintas facetas del amor. Según el contexto se han referido a la compasión, altruismo, entrega, caridad, generosidad, bondad, humanitarismo, agradecimiento, perdón,… Desde que la palabra "amor" tiene una connotación positiva en la mayoría de lenguajes, debería suponerse que su promoción ha sido efectiva. Pero, cuando tomamos en consideración la conducta humana a lo largo de veintiún siglos, tampoco nos hacen falta muchos argumentos para dudar de los actuales beneficios de la promoción del amor.


¿COMO SE DESARRROLLA LA CAPACIDAD DE AMAR?

Esta pregunta tan simple y tan básica y tan necesaria es, paradójicamente, nueva. Mientras que la ignoremos , la promoción del amor está condenada a tener efectos limitados. Hoy podemos plantear la pregunta de tal manera porque las distintas disciplinas científicas nos aportan respuestas.

Por lo tanto es necesario que primeramente, vayamos al estudio de las bases genéticas de nuestra conducta. Tal como hoy en día sabemos el Hombre es uno de los tres miembros de la familia de los chimpancés, junto con los chimpancés comunes y los chimpancés enanos. En otras palabras, nosotros somos - hablando en términos de genética — chimpancés (1). Es destacable que los chimpancés comunes todavía efectúan matanzas planificadas, exterminación de bandas rivales, guerras para conquistar territorios y rapto de las jóvenes hembras núbiles. Los hombres de Cromagnon, tenían rasgos similares. La repentina desaparición de los Neandertales tras la aparición de los Cromagnon, sugiere que el genocidio fue eficaz..

Así como tienen un elevado potencial destructivo, los humanos también poseen un potencial para el amor. ¿Como se puede desarrollar este potencial para el amor? Una combinación de datos aportados por distintas disciplinas científicas sugiere que la capacidad de amar se desarrolla en gran parte durante las experiencias más tempranas, especialmente en el período que rodea al nacimiento. (2)

Una síntesis de nuestros actuales conocimientos de los efectoscsobre la conducta de las hormonas que fluctúan en el período perinatal , da soporte al concepto de "período crítico" introducido hace tiempo por los especialistas en la conducta ("los etólogos"). Los etólogos fueron los primeros en comprender que generalmente, entre los mamíferos existe, inmediatamente tras el nacimiento, un período muy corto de tiempo que no se repetirá nunca más, y que es muy importante para lo formación del vínculo entre madre e hijo. Un subgrupo de estudios incluidos en el Banco de Datos de Investigación en Salud Primal, también sugieren que el desarrollo de la capacidad de amar está altamente influenciado por los eventos del período perinatal. Cada vez que los investigadores estudian el pasado de individuos que ha expresado algún tipo de "alteración de la capacidad de amar", siempre detectan factores de riesgo en el período que rodea al nacimiento. La "alteración de la capacidad de amar" (impaired capacity of love), es una expresión adecuada que puede incluir conductas autodestructivas (alteración de la capacidad de amarse a uno mismo).

Es precisamente porque estamos en el proceso de comprobar que la manera en que hemos nacido tiene consecuencias a largo plazo en términos de sociabilidad, agresión y capacidad de amar, que hemos empezado a analizar los numerosos creencias y rituales que perturban el desarrollo fisiológico del período perinatal. La mayoría de ellos son interesantes porque perturban la fase crítica del parto que va desde el nacimiento del bebé al alumbramiento de la placenta. Deberíamos entender que desde la época en que la estrategia básica de supervivencia de muchas culturas consistía en ejercer el control sobre la naturaleza y sobre otros grupos humanos, la creación de seres humanos más agresivos y destructivos, suponía una ventaja. En otras palabras era una ventaja controlar la capacidad de amar, incluyendo la capacidad de amar a la naturaleza — el respeto por la Madre Tierra. Es comprensible que las sociedades más poderosas fueran aquellas que tenían a su disposición las creencias y rituales más apropiados en el período que rodea al nacimiento. Durante milenios así ha sido la selección de los grupos humanos según su potencial de agresión. Todos nosotros somos el fruto de este proceso selectivo. Esto explica nuestra falta de habilidad en reconocer y actuar efectivamente contra las manifestaciones de la alteración de la capacidad de amar.

Hoy en día el Homo Sapiens debe inventar nuevas estrategias para sobrevivir. Estamos en la época en que es obvio que hemos alcanzado los límites sobre el dominio de la naturaleza, y en que el necesario diálogo entre la humanidad y la madre TIERRA reclama una sustancial unificación de la humanidad. En otras palabras, los seres humanos deben aprender a controlar las energías a través de la promoción del amor. Los seres humanos deben aprender a formular las preguntas básicas necesarias en lugar de promover directamente el amor. Los datos científicos pueden proporcionar las respuestas necesarias. Por esta razón una visión científica del amor debe ser presentada como un hito en el camino de la historia de la humanidad.


LA PROMOCION DE LA LECHE MATERNA ES ANTIGUA

La promoción de la leche materna es al menos tan antigua como las Sagradas Escrituras. En un principio la pregunta no se planteaba como: "¿será amamantado un bebé?". Más bien la pregunta era: "¿será este niño amamantado por su propia madre?". En el Antiguo Testamento, Jeremías refiere la aversión materna a amantar. Estaba hablado a aquellos que preguntaban sobre su conveniencia, cuando les dijo: "Hasta los monstruos marinos ofrecen el pecho a sus descendientes" El Talmud, recomienda a las madres amamantar entre ocho meses y hasta los dos años. En el Coran se recomienda amamantar hasta los dos años.

En otro contexto, Julio César se lamentaba de que los hijos de los Patricios no recibían leche materna. Jean-Jacques Rousseau, por otro lado, puso la lactancia materna de moda entre las parisinas más elegantes y las mujeres de las clases altas de la Europa del siglo dieciocho, en el movimiento de retorno a la naturaleza (3). "The fashionable mamma" (" Madre a la moda"), un aguafuerte de James Gillray English, datada en 1796 (exhibido en el British Museum), ilustra el impacto de las teorías de Rousseau.

La promoción de la lactancia materna adquiere distintas formas según el contexto histórico. En el arte del Renacimiento, las numerosas pinturas de la Virgen María amamantando al Niño Jesús fueron indirectamente, una manera no premeditada pero muy efectiva de promover la lactancia materna. El poder de la imaginería religiosa puede ayudar a interpretar un interesante fenómeno que ocurrió en Islandia, un país donde las madres no amamantaron a sus hijos durante dos o tres centurias (4,5)- Hasta la llegada de la Reforma, la Virgen María tenía suprema importancia en las prácticas religiosas populares de Islandia, y durante los ritos de purificación tras el parto, las mujeres rogaban a la Virgen Maria en sus iglesias locales. En este caso, la destrucción de la imagen de María, puede contribuir a explicar porqué se abandonó rápida y masivamente la lactancia materna.

A mitad del siglo veinte, durante el baby boom que siguió a la segunda guerra mundial, se desarrollaron las leches de fórmula y la lactancia materna declinó. Un grupo de madres lactantes se reunieron en un suburbio de Chicago y en 1956 fundaron la Liga de la Leche. Su principal objetivo era proporcionar información y soporte a las madres lactantes, en un momento en que numerosos médicos promocionaban la alimentación con biberón. En efecto es difícil disociar el soporte a las madres lactantes y la promoción de la lactancia materna. Una madre que amamanta siempre promueve la lactancia materna.

Hoy en día la promoción de la lactancia materna es una de las prioridades de las más importantes organizaciones públicas de promoción de la salud. En muchos países, está en gran parte en manos de los departamentos gubernamentales.

En Brasil, el PNIAM (Programa Nacional o Incentivo ao Aleitamento Materno) fue establecido en 1981 y se incluyó en la constitución brasileña en 1988. Este programa es notable por su intensidad, extensión e innovación. Cada estado organizó entrenamiento para todas las categorías de profesionales de salud y también para los sanadores tradicionales y otras personas en los sectores no oficiales del campo de la salud. Para las campañas en los medios de comunicación se utilizaron rostros de personajes conocidos, y en la legislación se incluyeron advertencias sobre los sustitutos de la leche materna y se incrementaron los permisos maternales. Brasil también tuvo una participación muy activa en la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños y en 1998 ya había acreditado como tales a 103 hospitales.

En China en 1995, la ley contenía mandatos activos dentro del sistema de salud a fin de proporcionar materiales educativos sobre alimentación infantil.. Esto incluía normativa sobre el marketing de los sustitutos de la leche materna. En USA, el Surgeon General, recomienda oficialmente que los bebés deban ser alimentados solamente con leche materna — no de fórmula — durante los primeros seis meses de vida. Es muy bueno amamantar durante seis meses y mucho mejor amamantar durante doce meses. La consigna promulgada por el Surgeon General es: "El pecho — lo mejor para el Bebé — lo Mejor para la Madre" (Breast — Best for Baby — Best for Mom).

La actuación de la Sanidad Pública puede parecer tan efectiva si consideramos que en nuestras sociedades actualmente todo el mundo está convencido de que "El Pecho es lo Mejor" (Breast is Best). Esta es la conclusión de mi observación no-oficial entre los conductores de taxi de diferentes países. Pero uno se puede preguntar si estos métodos modernos y directos son eficaces. Existe un enorme vacío entre el conocimiento formal, los conocimientos populares y las intenciones por un lado y los datos estadísticos por el otro lado. En muchos países la duración de la lactancia materna cae mucho antes de lo recomendado por los planes nacionales. Hoy en día el objetivo no es promover la lactancia materna: es comprender porque en nuestras sociedades la lactancia es tan difícil y no puede continuar hasta donde se recomienda.


¿CÓMO SE PUEDE DESARROLLAR LA CAPACIDAD DE AMAMANTAR?

Esta cuestión tan sencilla, básica y necesaria es, paradójicamente nueva. Mientras tratemos de ignorarla, la promocion del amamantamiento seguira siendo ineficaz. Hoy en día estamos en condiciones de explicar que la lactancia materna empieza antes de que nazca el bebé.

Hasta hace poco el hecho de que el organismo materno prepara la secreción láctea antes del nacimiento del bebé estaba en el dominio de los conocimientos intuitivos. Hoy en día los fisiólogos están en condiciones de explicar como las hormonas segregadas por la madre y el bebé durante el trabajo de parto y el nacimiento juegan un papel en el inicio de la lactancia.

Tenemos varios ejemplos para explicar fácilmente las conexiones entre la fisiología y la lactación en el parto:

  • En 1979 se supo que los niveles de beta-endorfinas aumentan durante el parto (6,7). Asimismo sabíamos desde 1977, que las beta-endorfinas estimulan la secreción de prolactina (8). Esto hace posible interpretar una cadena de eventos: el dolor fisiológico del parto — sistema de protección ante el dolor — y la secreción de la hormona clave en la lactancia.
  • Unos estudios suecos, publicados en 1996, demostraron que dos días después del parto, cuando el bebé está mamando, la mujer que ha tenido un parto vaginal segrega oxitocina en pulsaciones (que es cuando la secreción es efectiva), comparado con las mujeres que han tenido un parto por cesárea de emergencia (9). Además existe una correlación entre la manera en que la oxitocina es segregada dos días después del parto y la duración de la lactancia materna exclusiva.
  • El mismo equipo sueco, encontró que las mujeres con cesárea carecían de incrementos significativos de los niveles de prolactina a los 20-30 minutos del inicio de la toma. (9)
  • Un equipo italiano demostró que la cantidad de beta-endorfinas en leche calostral de madres con parto vaginal es significativamente más elevada que los niveles en el calostro de madres que han dado a luz mediante cesárea (10). Es probable que uno de los efectos de los opiáceos contenidos en la leche cree una especie de adicción a la leche materna. Se puede anticipar que cuanto mayor es la adicción del recién nacido al pecho materno, más larga y fácil es la lactancia materna.

En general es fácil explicar que al principio, cuando el recién nacido está capacitado para encontrar el pecho (11), la conducta de la madre y el bebé está bajo la influencia de numerosas hormonas segregadas durante el parto (12). Estas distintas hormonas segregadas por la madre durante el proceso del nacimiento permanecen presentes durante la hora que sigue al parto, y todas ellas juegan un papel específico en la interacción entre la madre y el bebé así como en el inicio de la lactancia.

Asimismo existen otros factores que participan en el desarrollo de la capacidad de amamantar (13). De todas maneras es necesario concentrar la atención en el proceso fisiológico que es rutinariamente perturbado por el medio cultural.

Tales consideraciones tienen una especial relevancia en la época de las cesáreas electivas a demanda y en la época en que tenemos a nuestra disposición múltiples y poderosas maneras de perturbar el proceso fisiológico del período que rodea al

nacimiento. Como las preguntas fundamentales no se toman en cuenta, las campanas de salud publica no son positivas en lo que concierne a la relacion de costo-beneficio.

Ninguna de estas campañas de salud pública toma en consideración la total casi cultural incomprensión de la fisiología del nacimiento que conduce a tasas elevadas de intervenciones obstétricas y al uso generalizado de sustitutos farmacológicos de las hormonas naturales. La actual prioridad debería ser redescubrir las necesidades básicas de las mujeres durante el parto (14)

Brasil es un lugar ideal para medir el vacío entre la teoría y la práctica, ya que se caracteriza por haberse disparado la tasa de cesáreas y la promoción institucional de la lactancia. Almeida y Couto dirigieron un interesante estudio sobre lactancia entre mujeres profesionales de la salud cuya misión era recomendar la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses (15). Cuando estas expertas en lactancia tuvieron sus propios hijos la media de duración de la lactancia exclusiva fue solo de 98 días!! Todas estas mujeres tenían garantizado un permiso maternal de 120 días. Se menciona un "detalle" en el informe de este estudio: entre las profesionales de salud de nivel universitario, un 85.7% tuvo parto por cesárea, comparado con el 66.7% entre los profesionales de salud de nivel técnico. Un estudio longitudinal sobre las prácticas en destete en el noreste de Brasil (donde el 99% de las mujeres amamantan cuando dejan el hospital) reveló que la media de edad para empezar con "otra" leche era de 24 días y que la duración media de la lactancia materna entre las madres que empezaron a ofrecer "otra" leche dentro del primer mes (la mayoría) era de 65 días. Es interesante que en este artículo no se mencione el índice de cesáreas.

China también se caracteriza por la elevada tasa de cesáreas y por un intensivo programa nacional de promoción de la lactancia materna. Es difícil obtener datos estadísticos precisos en China. Sin embargo durante el viaje que realicé en 2002, me enteré de palabra de que muchas mujeres tenían dificultades para amamantar. Esto lo confirma la declaracion pública "Save the Children" en la provincia de Kunming, según la cual hay una creciente demanda de sustancias para estimular la secreción láctea (www.ibfan.org)

En USA, la incidencia de lactancia materna exclusiva durante los tres primeros meses está generalmente por debajo del 30%. En el Reino Unido, donde la población está comparativamente mejor informada y concienciada en términos de salud, la incidencia de la lactancia materna a los seis meses es de un 20%. En lo referente a lactancia materna, existe un gran contraste entre los países Escandinavos y el Japón por un lado y el resto del mundo por el otro. En Noruega y Suecia, por ejemplo, la tasa de lactancia materna a los seis meses está alrededor del 50%. En este grupo de países, la intervención obstétrica todavía permanece bajo control. La situación en Holanda es especial. Parece que las mujeres holandesas en general no encuentran dificultades cuando amamantan, pero Holanda es un país con una larga tradición de alimentación con biberón, lo cual explica la comparativamente baja incidencia de lactancia materna en un país donde muchas mujeres dan a luz en casa. De todas maneras la incidencia de lactancia materna a los seis meses está alrededor del 25% comparada con el 15% a los tres meses en Francia.

La mejor síntesis de la actual situación internacional la proporciona el Banco Global de Datos de la OMS sobre temas de lactancia (WHO Global Data Bank on breastfeeding). Contiene datos de 94 países y un 65% de la población infantil mundial. Según los últimos datos (abril 2003), el 35% de estos niños eran alimentados exclusivamente con leche materna entre los 0 a 4 meses de edad.

Hoy en día la prioridad no es repetir constantemente que "El pecho es lo Mejor" (Breast is Best). Es plantearse como se desarrolla la capacidad de amamantar. Está en redescubrir las necesidades básicas de la mujer en el parto. Los organismos de Salud Publica deben tener en cuenta que "la lactancia empieza antes del nacimiento del bebé".

Dr. Michel Odent

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Obras del autor:

  • El bebé es un mamífero
  • La vida fetal, el nacimiento y el futuro de la humanidad
  • La cientificación del amor
  • Nacimiento renacido
  • El granjero y el obstetra
  • La cesárea

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